Gabo en Alta Gracia.

Gabo Ferro pasó por Alta Gracia, compartiendo canciones de todos sus discos, el viernes 15 de enero, aportando delicadeza y concentración, a la segunda noche del quinto encuentro de cantautores que se había iniciado con las presentaciones de Pipa Martin, Rosario Bléfari y con el uruguayo Daniel Drexler. 

Por Guillermo Romani.

Foto: Inés Domíngues Cuaglia.

El momento de Gabo Ferro llegó para el show final por partida doble: el de la noche, y el de la sala. En los posteriores días el encuentro se realizó en la cancha de basketball del colegio Anglo Americano.

Una ciudad con tanta historia, como lo es Alta Gracia, albergó a un artista esencialmente historicista, como lo es Gabo Ferro.

 Su concierto fue decidido, desplegando una atmósfera profunda, haciendo sentir a quien pase por allí parte de esa historia, de la cual Gabo entiende, y de la que fue un protagonista destacado, por lo brindado, y por que logró incluir a cada espectador que también hace historia desde su lugar.
  De buen humor Gabo Ferro interpretó canciones de sus cinco discos, imantando con su interpretación a un auditorio, donde el silencio sabe a respeto para el que canta y cuenta.
Solo con su guitarra, y de pié, concedió momentos de concentración y de mayor soltura rítmica como “Cuando el amor no entra”, de su disco Mañana no debe seguir siendo esto.
Con acordes alegres llegó “Mi vida es un vestido”, y dio paso a la primera interacción con el público. Tras saludar aclaró: “va a ser un show un poco más acotado de los que hago, considerando la preciosa noche que estamos pasando”, para luego presentar a “La casa nuestros discos” ( de Amar, Temer, Partir), que inició con ocho golpes en la caja de su guitarra para desatar la rítmica potente de su toque. El humor envolvió a Gabo y preparó a cada escucha, despejando malos entendidos, como esos de que la música de Gabo Ferro se la emparenta con la amargura. Aún en atmósferas desnsas, Gabo, demostró que sus canciones contienen una situación más que agradable.
El músico e historiador apostó a que se desembale la memoria, que se no confunda el apetito con el hambre, como así también no se lo mal interprete; con canciones como “Soy todo lo que recuerdo”, “No te mires en el agua”, o “Solo tenemos ciencia” entre otras. Notable fue el manejo de su voz y de los silencios, con los que extasió a los espectadores. 
Gabo deslumbró con su actuación, y para los bises eligió, el por momentos mántrico, “El Amor no se hace”, dejando en claro que las cosas se hacen solo por amor, y cuando pasa.  

Gabo es uno de los músicos más importantes de la actualidad, y sus canciones apuntan a la memoria, como el Festival que lo disfrutó.

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